El Chivuo.

Era un 2 de Agosto del 2006 cuando dejaste de estar entre los mortales que habitamos esta altiplanicie, me acuerdo claramente que en ese momento yo había recién salido del bachillerato y para ese miércoles me la pase casi todo el día Maracay, entregando los papeles que me faltaban para entrar a la UNEFA a estudiar Ingeniería Aeronáutica, cuando llegue a mi casa a eso de las 7 de la noche parecía que el día iba a terminar tranquilamente apartando lo ajetreado que había sido todo el viaje de ida y vuelta para Maracay ya que para ese momento estaban reparando el túnel de la Cabrera y las colas que se formaban para esos días eran descomunales. Cerca de las 8 de la noche mi mama recibe una llamada al escuchar su estado de voz alterado y después entrar en llanto supe que algo había pasado, efectivamente fue así, le habían notificado que tu habías partido al mundo de los “no vivos”, cuando se me acerca y me dice que habías muerto en mí entro un frio indescriptible hasta el punto que me paralice y solté la frase “te me fuiste chivuo” esta no vino sola ya que como un acto continuo en mi comenzaron a salir las lagrimas a granel para acompañar esas palabras que de mi boca habían salido.

Esa noche no pude dormir del nerviosismo que en mi cuerpo había entrado, ya que no me habían dejado irte a ver ese día a la funeraria si no que tuve que esperar al siguiente día, ya a las 5 de la mañana del jueves 7 de Agosto estaba bañado y vestido para salir a tu funeral, cuando llegue y te vi frio, acostado e inmóvil la sensación de pérdida que sentí para ese momento fue muy grande, de nuevo las lagrimas volvieron a salir pero acompañadas de un pensamiento sobre que por primera vez te veía en un traje y bien afeitado pero que era en una ocasión que no me gustaba porque ya no estabas con vida para compartir ese milagro de que tú te fueras afeitado esa chiva que en tus últimos años te caracterizaba. Tu mama, tu papa, tus hermanos, tus tías, tus tíos, tus abuelos, tus abuelas, tus amigos, tus amigas, tus primos y primas te dimos ese día el ultimo dios a ese ser humano que siempre andaba de buen humor y que en sus manos siempre cargaba una guitarra para arriba y para abajo cantando sus canciones de rock.

Hoy ya a punto de que cumplas tres años de tu partida, debo decir que siempre fuiste y serás siendo para mí ese hermano que no llegue a tener, has sido hasta los momentos ese primo que ha compartido conmigo muchas cosas, me acuerdo cuando venias a mi casa y te ponías a practicar en mi cuarto con tu guitarra las canciones de tu grupo de rock no tenias una voz dada por los ángeles pero para mí eras un gran cantante ya que la pasión, las ganas y la motivación que tu le imprimías a cada letra y tonada que tu tocabas eso para mí te hacia especial, cuando pasábamos horas pegadas a mi computadora jugando juegos de internet como Mu Online, Maple Story en este juego me acuerdo cuando llegue a un nivel donde era el primer venezolano en hacerlo tú y yo pegamos un brinco y nos emocionamos como si lo que estábamos haciendo era lo más grande de este mundo(este juego consiste en que tienes un muñeco y vas matando criaturas de diferentes formas para subir de nivel), otro juego que tu y yo jugábamos era uno que se llama GonBound las horas que pasamos pegados a la computadora jugando este juego fueron bastantes hasta el punto que los regaños que recibíamos de mi mama cuando nos encontraba a las 3 de la mañana jugando no eran nada normales. Cuando conociste a mi primera novia y me dijiste que la chama estaba “bien chévere”, nuestras primeras cervezas que nos bebimos que fue en uno de los bazares navideños que hacen aquí en el municipio San Diego. Un recuerdo que nunca se me olvida fueron esas últimas palabras un día antes de tu partida en la que tu y yo pudimos compartir, fueron por msn pero el tema de conversación no se me olvida me acuerdo que te estaba echando broma y a la vez felicitando porque ibas a estudiar la carrera por la cual tenias ya varios años luchando por estudiar que era Ingeniería.

Debo decir primo que aunque ya no estés entre nosotros, aunque no crea en el infierno y el paraíso, te tengo siempre vivo en mis pensamientos de esos momentos que tú y yo compartimos gratamente. Gracias por haber estado en mi vida.