miércoles, 11 de marzo de 2009

Estracto de mi ensayo de Cultura.



Aqui les colocare, un estracto de lo que fue mi ensayo de cultura basado en un tema de antropologia filosofica.

"Todos los días al levantarme viene a mi ese recuerdo, esa ilusión, ese pequeño deseo de saber que soy y porque estoy aquí, he leído explorando en búsqueda de esa respuesta que llene mi alma y mi espíritu descanse en paz, sabiendo que por fin esa anhelada respuesta a mis incógnitas ha sido dada, como el sol fue dado al día para que nos iluminara y la noche sea acompañada por su dama la luna, bajo las vistas de esas miradas que son las estrellas. Pero siempre quedo corto en búsqueda de saciar mis preguntas, es por eso que aquí me encuentro como la estatua del pensador, buscando dar una respuesta a esa pregunta tan importante, tan cautivadora y a su vez llena de tantos misterios que ha girado en nuestra existencia desde que tenemos conciencia de que vivimos y habitamos esta altiplanicie llamada Tierra ¿Qué es el hombre?. Sartre decía que “ el hombre es aquel al que se hace así mismo” es decir, yo aquí en búsqueda de que en mi ocurra una explosión cósmica de mis ideas para llegar a un fin, puedo estar siendo hombre, pero el día en que yo así no desee hacer absolutamente nada ¿estaré haciéndome a mí mismo?, si; porque así hagamos o no hagamos, el simple despertar de nuestros instintos marcados por nuestra propia naturaleza, nos llevara a ese camino de ser hombres, que más que una línea recta fácil de transitar y de llevar, tiene una visión llamada a ser mas curvada, más abstracta y quien dice que no, más compleja que nuestra propia esencia de ser hombre, algo mas allá de lo transcendental algo que nosotros no conocemos. Y algo más allá de hacernos a nosotros mismos, Sócrates decía que “el hombre es aquel al que se le da una respuesta razonable y responde de forma razonable” pero el día en que no tengamos respuestas a la preguntas que nosotros nos plantéesenos, en búsqueda de ese saber infinito, con hambre de beber ese néctar de la verdad, sencillamente no dejaremos de ser hombres, porque también nosotros estamos irradiados por esa aura llamada responsabilidad, soplo de viento que nos lleva a asumir nuestras consecuencias derivadas de actos sublimes de nuestra existencia, que nos lleva a esa suspirada y admirada libertad que más que un coro cantado por sonidos de la naturaleza, es una orquesta tocada y guiada por una mano que no vemos, no oímos y que no sabemos donde esta, pero que simplemente esta, es esa espiritualidad que nos hace hombre más allá de un plano psíquico, social y biológico. Todo hombre está invadido por esa espiritualidad, que cuando se nos va, nos sentimos solo y sin encontrar ese camino de regreso a nuestro amado y querido hogar. El profesor Franklin Gonzales dijo “que el hombres es libertad que ama” ya que el hombre, también es aquel que puede amarse, amar, y ser amado por esa invasión de ese sentimiento tan bello llamado amor, que es sinónimo de hombre porque los dos van como una pareja agarrados de la mano, viéndose a los ojos y deseándose lo mejor de sí entre ellos, con deseo de besarse y abrazarse para que se sientan que existen y que los dos están aquí en este plano de tres dimensiones, para sentir que tiene un sentido su existencia, y de que el hombre en su significado propio va mas allá de una simple respuesta, porque somos aquel que sentimos produciendo sensaciones sublimes e inspiradoras como el propio amor, es aquel que asume con temple de hierro todo lo que sus actos consigo traigan, como consecuencia de nuestro día a día en este tiempo infinito. Es decir el hombre es aquel que conoce, vive, siente, desea todo y lo expresa en su forma de ser, ese ser que solo existe cuando pensamos en él, porque somos un elemento compuesto, por espiritualidad que nos llena, por un amor que nos hace sentirnos humanos, por una responsabilidad que nos lleva a ser consciente de nuestros actos y por una razón que todo lo quiere responder para así poder en la noche recostarse a dormir tranquilo y encontrarse con el dios de nuestros sueño, ese dios que los griegos llamaban Morfeo, para así seguir en los inhóspito de nuestras quimeras esas conversaciones que en el día comenzamos y por la noche seguimos."

No hay comentarios:

Publicar un comentario